¿Es necesario separarse para luego poder divorciarse?

La ley 15/2005, de 8 de julio, actualmente vigente, no exige la separación antes del divorcio

No es necesario separarse para luego divorciarse. A partir del 2005, la ley no lo exige. Sin embargo, en muchos casos los cónyuges deciden separarse antes de tomar la decisión definitiva del divorcio.

¿Qué diferencia existe entre estar separado y estar divorciado?

Cuando una pareja decide cambiar su situación de convivencia, aparece la duda acerca de si es lo mismo separarse que divorciarse. Generalmente, tratan de encontrar el camino más efectivo y de menor coste para resolver la situación.

Desde el punto de vista jurídico no es lo mismo separarse que divorciarse. En cualquiera de estos procesos, siempre lo mejor es acudir a los servicios de un abogado matrimonialista especializado.

La separación matrimonial

La separación matrimonial implica el fin, que puede ser temporal o definitivo, de la convivencia de los cónyuges. Suele comenzar con una separación de hecho. En ocasiones, esta separación surge como una propuesta de “tomarse un tiempo para pensar”, un período de reflexión previa a la decisión definitiva.

Por cuestiones de conveniencia, la pareja puede formalizar una separación legal. En este caso, si no hay hijos menores en común, se puede optar por un divorcio notarial. Si hay hijos menores, la solicitud debe presentarse en el juzgado e interviene el juez y el Ministerio Fiscal.

Si el matrimonio se realizó en régimen de gananciales, en la separación legal se procederá a la disolución de la sociedad económica matrimonial. La pareja pasa a separación de bienes. Si deciden volver a reunirse, permanecerán en separación de bienes, a menos que mediante capitulaciones matrimoniales acuerden volver al sistema de bienes gananciales.

El divorcio

En el divorcio se extingue el vínculo legal del matrimonio. El artículo 85 del Código Civil establece que el matrimonio se disuelve, sea cual sea la forma y el tiempo de su celebración, por el divorcio o por la muerte de uno de los cónyuges. Son las dos únicas formas de poner fin a un matrimonio.

La disolución del matrimonio implica la resolución de todas las situaciones de la vida de la familia, que iniciará una nueva etapa. Las cuestiones principales que se definen son el reparto de bienes en común, la tenencia de los hijos menores o discapacitados, el uso de la vivienda familiar, el pago de pensiones, el régimen de visitas, los vínculos con las mascotas familiares. Cada ex cónyuge asume su nueva realidad con las responsabilidades y derechos establecidos en el convenio regulador, en el plan de parentalidad, si los hay, o en la sentencia de divorcio.

Diferencias de separación y divorcio

La diferencia fundamental entre separación legal y divorcio es que la separación no extingue el vínculo matrimonial. Si bien los cónyuges ya no conviven, legalmente, mantienen el vínculo matrimonial. Por lo tanto, no pueden volver a casarse. En caso de que se arrepientan de la separación y decidan vivir juntos nuevamente, no necesitan volver a casarse.

Para disolver completamente la unión que establece el matrimonio es preciso divorciarse. Una vez divorciados, los ex cónyuges quedan en libertad de establecer nuevos vínculos matrimoniales.

¿Es la separación un paso previo al divorcio?

Cuando un cónyuge o ambos piensan en divorciarse, surge la duda de si es necesario separarse antes del divorcio. Generalmente, existe un período en el que se produce una separación de hecho.

La pareja se separa en el día a día, deja de compartir el lecho y cada cónyuge toma decisiones sin consultar al otro. Cada uno tiene su vida y solo comparten asuntos de economía o vinculados con los hijos. Suele ser una etapa en la que no se formaliza legalmente la separación.

Durante este tiempo en el que generalmente se define el divorcio y se inician los trámites para concretarlo, los cónyuges reflexionan acerca de la decisión de poner fin al vínculo matrimonial y evalúan las consecuencias.

La ley 15/2005, de 8 de julio, actualmente vigente, no exige la separación antes del divorcio. Este es un cambio importante que la nueva ley dispuso con respecto a la anterior, que duró casi un cuarto de siglo.

En la ley de divorcio de 1981, sustituida por la del 2005, el divorcio se concebía como último recurso al que podían acogerse los cónyuges. Subyacía la idea de que el divorcio era una medida extrema cuando luego de un período de separación, la reconciliación no era posible. Por eso se exigía la separación previa para demostrar el cese real de la convivencia conyugal.

La ley vigente pone en valor el ejercicio de la libertad, que justifica reconocer la voluntad de la persona cuando ya no desea seguir casada. Con este fundamento, los cónyuges ya no necesitan demostrar nada con su separación. El divorcio se inicia por voluntad de uno o de los dos integrantes de la pareja, y no se exige explicitar causa ni demostrar que no es posible reconciliación.

Si bien se reconoce la separación como una forma de ruptura matrimonial, se elimina la duplicidad de procedimientos. Se puede acceder directamente al divorcio sin pasar por la separación. Este cambio supone un ahorro procesal significativo, económico y personal para los involucrados.

Preguntas y respuestas

Nuestros abogados expertos en divorcios te responden

  1. ¿Es beneficioso separarse antes de divorciarse, aunque no sea obligatorio?

    La separación antes del divorcio puede ser beneficiosa desde el punto de vista jurídico en algunos casos. Hay abogados que aconsejan a sus clientes que se separen de hecho antes de divorciarse para sentar un antecedente útil en determinadas situaciones.

  2. ¿Es lo mismo divorcio que nulidad matrimonial?

    No es lo mismo un matrimonio nulo que una disolución por divorcio. La nulidad matrimonial invalida el matrimonio, y se considera que este nunca existió. Tiene lugar cuando han existido vicios o defectos esenciales en la celebración.

  3. ¿Los cónyuges separados o divorciados pueden vivir en la misma vivienda?

    Los cónyuges separados o divorciados pueden residir en la misma vivienda. La situación económica y el interés en los hijos a veces determina esta opción.

La separación y el divorcio no son etapas de un mismo proceso, sino procedimientos diferentes previstos en la ley. Por lo tanto, no es necesario separarse para luego divorciarse.

Cada situación matrimonial tiene características propias. Un abogado especialista en temas familiares será el indicado para asesorar si conviene uno u otro procedimiento.